5 abr 2011

14- No le digas que murió Chabrol, de Luciana Caamaño





Luciana Caamaño exige que se le diga la señorita, se le antoja algo divertido, ante todo quiere que se sepa que no tiene pecas, tiene lunares, le encantaría poder decir que gusta de las cosas disímiles, el maquillaje y el barro, sin ir más lejos, pero inmediatamente después empieza a pensar cuánto en eso hay de cierto, cuán disímiles realmente son el maquillaje y el barro y llega a la alarmante conclusión de que a fin de cuentas no es tan incoherente como pensaba, en este momento piensa que es menester hablar acerca de su nacimiento, decir que nació muy cerca del mar, por la noche y en navidad y que no le interesa la cuestión de que papá noel y su cumpleaños sean un solo regalo, porque a cambio de esa síntesis obtiene conversaciones fabulosas inmediatamente después de responder a la pregunta: “cuándo cumplís los años?” imposible para ella no gustar de algo semejante, si hay algo que enciende a esta muchacha es conversar.